viernes, 17 de mayo de 2013

Bizocho, cupcakes de yogur, lo mucho que me gustan mis utensilios nuevos, y el "Experimento Red Velvet".

Buenas noches chispitas.



Hoy, además de traeros una receta facilísima y riquísima, os enseño mis nuevos juguetitos.
¿Sabíais que había vivido todo este tiempo sin un molde para cupcakes? Sí sí, como lo oís, a la hora de hacerlas yo era una aventurera. Así era que no me salían redondas, se me desparramaban, se me rompían las cápsulas por llenarlas demasiado... Vamos, que el resultado no era muy cuqui. (Ya os habréis dado cuenta de que me encanta esa palabra.)


Ya hacía algún tiempo que le insistía a mi madre para que me comprase un molde de cupcakes, pero hasta hace dos días no lo tuve en mis manos. Pero no solo eso, sino que mi fantástica progenitora me compró, no uno, ¡¡sino dos moldes para cupcakes!! Y además de eso, otro fantástico molde de corazón (al final voy a ser una romántica y todo...), 4 paquetes de cápsulas, un juego de 3 moldes para tartaletas y cortadores redondos. Que ese es otro tema, hasta ahora mis cortadores tenían forma de campana, estrella, corazón, dinosaurio, pero no la más simple de todas: la circular.



Pero bueno, ahora ya están en mi poder, ¡y qué feliz soy! Lo soy tanto, y lo era tanto ese día, que en cuanto llegué a casa me puse a cocinar, y eso que ya había estado haciendo estas cupcakes toda la tarde.



Pensé y pensé, y me acordé que me había sobrado buttercrem de las anteriores cupcakes y decidí aprovecharla como relleno para un bizcocho. Pero... ¿Qué clase de bizcocho? Al final me decanté por uno fácil, el de yogur. Al terminarlo, vi que me sobraba masa, y decidí estrenar también el molde de cupcakes.




Nunca me habían salido unas cupcakes tan altas y redondas, ¡qué felicidad!.

Y ahora, queridos dulce-adictos, vamos con la receta:



Para el bizcocho: 

  • 3 huevos
  • 1 yogur (preferiblemente de limón, pero sino podéis hacerlo de cualquier sabor o natural)
  • Aceite de oliva (1 medida del yogur que hemos usado)
  • Azúcar (2 medidas del yogur que hemos usado)
  • Harina (3 medidas del yogur que hemos usado)
  • 1 sobre de levadura química (Royal)
  • Harina y mantequilla para untar el molde
Para el relleno:
  • Para el relleno he utilizado la receta del buttercream de canela, que podéis encontrar aquí.

Precalentamos el horno a 180º.
Cascamos los huevos, los colocamos en un bol grande junto con el azúcar y batmos bien hasta que queden integrados.
A continuación, añadimos el yogur y el aceite, sin dejar de batir. Añadimos la levadura y la harina (tamizadas) sobre la masa y batimos bien.
Untamos el molde que vamos a utilizar de harina y mantequilla y introducimos el horno unos 40 minutos.
Cuando esté horneado, apagamos el horno, quitamos el bizcocho y lo dejamos enfriar en una rejilla.
En el momento en el que esté frío, lo abrimos por la mitad horizontalmente, (con cuidado de que ambas partes queden prácticamente iguales) y recubrimos con la crema con la ayuda de una espátula.

Para las cupcakes utilicé la misma masa que para el bizcocho. Vertí la masa en las cápsulas que estaban dentro del molde de cupcakes y ¡voilá! Ya tenemos nuestras cupcakes.







Tiene buena pinta, ¿eh?
Ah, se me olvidaba, hoy nos han propuesto a mi pareja y a mí un experimento, nosotros le hemos llamado "El experimento Red Velvet", os cuento:

Hace 17 días hice por primera vez unas cupcakes Red Velvet para mi hermana, ya que se volvía a Madrid. Conseguí todo lo que me hacía falta: el bicarbonato, el buttermilk, el azúcar avainillado, y lo más importante, el colorante rojo. Es importante que sepáis que el colorante rojo no tenía sabor, ya que de ahí parte todo el problema.

Una parte de las Red Velvet se la dí a mi hermana, otra quedó en mi casa, y otra se la dí a mi pareja y a mis suegros. Hoy, Dani le ha comentado a sus padres que estaba haciendo este blog, les enseñó las fotos de mis cupcakes rellenas de mermelada de fresa, y por ese ingrediente, la fresa, ha comenzado el problema. Mi suegra estaba convencida de que los Red Velvet sabían a fresa, cosa que era imposible ya que ni Dani ni yo le habíamos echado nada con ese sabor.

La cosa estaba así: C. convencida de que los Red Velvet tenían sabor a fresa, Dani más convencido aún de que eso era imposible, y que podía ser que el color rojo le hiciese pensar que sabían a fresa, y J. teniendo la mejor forma de arreglar esa discusión: Haciendo un experimento.

¿De qué trata el experimento entonces? Dani y yo volveremos a hacer Red Velvet y se las daremos a probar a amigos de mis suegros. La gracia del asunto es que una parte de esas cupcakes se las daremos teniendo ellos los ojos vendados, sabiendo así si lo que influye en que "sepan a fresa" es el color, o no.

Interesante, ¿eh? A ver que tal sale. Ya os iré informando.
De momento, el proyecto que tengo más próximo es el de este domingo: Preparar unas cupcakes con cabello de Ángel para el cumpleaños de J.


¡¡Muchas gracias a todos por leerme!!
Millones de besos dulces.

1 comentario:

  1. El bizcocho tiene una pinta bárbara. Ya estoy deseando probarlo :-) Ñam ÑAM

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