sábado, 18 de mayo de 2013

Orejas de Carnaval, en Mayo.


Me vais a matar, lo sé. Otra vez enseñándoos dulces antes de comer.
Soy un poco cruel... Pero sé que me perdonaréis en cuanto os enseñe esta receta tan rica y tan típica de Galicia.

Las orejas se suelen hacer en Carnavales, junto con las filloas, pero mi madre las hace un montón de veces al año (¡¡y qué suerte!!). Y esta mañana ha sido una de ellas. Me he levantado y mmmm... qué olor tan rico.

Así me la encontré al levantarme.

Mi madre es quien las suele hacer casi siempre, a mí me gusta más hacer cupcakes o galletas, pero ahora que sé como hacerlas seguro que probaré, aunque no me queden tan ricas como las de ella.

La verdad es que me ha sorprendido saber que no mide los ingredientes, va calculando a ojo lo que necesita (yo llevo poco tiempo en el mundo de la cocina como para poder hacer eso). Pero por si a vosotros os pasa como a mí, mis queridos dulce-adictos, voy a poner unas cantidades orientativas.

Orejas:
  • 500 g. de harina más la que admita a la hora de amasar
  • 2 huevos
  • 50 ml. de anís
  • 1 sobre de levadura química (Royal)
  • Zumo de limón y de naranja, o su ralladura (el de naranja es opcional)
  • Una pizca de sal
  • Aceite de girasol para freír
  • 200 ml. de agua templada
  • Azúcar glas para espolvorear
  • Pan
*Nota: Podéis añadirle también mantequilla, sobre 100 g.


Lavamos la fruta que hayamos elegido para darle sabor a nuestras orejas, las rallamos o hacemos zumo, y reservamos.
En un bol grande echamos el agua, una pizca de sal, la ralladura o el zumo, el anís y los huevos. (Si al final queremos echarle mantequilla a nuestras orejas éste es el momento de echársela. Debemos derretirla previamente). Batimos hasta que nos quede una crema sin grumos.
A continuación, vamos añadiendo la harina y la levadura, poco a poco, mezclando primero con varillas y luego con la mano. Amasamos hasta que se nos quede una masa sin grumos y manejable.
En este caso, el secreto de la masa está en el reposo. Con dejarla reposar una hora es suficiente  pero si la dejáis en la nevera que sean dos o tres horas.

El siguiente paso es el estirado de la masa. Cogemos porciones pequeñas, del tamaño de una nuez, aplastamos un poco y estiramos encima de la encimera (impregnada con aceite para que no se pegue la masa) con la ayuda de un rodillo. La masa que hayamos estirado debe quedar lo más fina posible.

Ponemos una sartén con abundante aceite y tres o dos trozos de pan (para evitar que se quemen las orejas) y calentamos a fuego medio bajo. Añadimos un pedazo de masa a la sartén y comenzamos a freírlas. Las freímos por los dos lados hasta que estén doradas, y retiramos a un papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

Solo nos queda espolvorear con azúcar glas, dejar enfriar y ¡¡listo!! Ya tenéis un dulce gallego preparado para ser devorado.





La pinta no es la misma sin el azúcar glas, ¿eh?






¡¡Muchas gracias por leerme!!
Besitos, y feliz sábado.

1 comentario:

  1. Y están buenísimas las orejas de mamá. Ahora me queda probar las tuyas jeje... Mandadme otra cajita como la de carnavales xDD....

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